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TOMMY ALBERTO GALÁN GRULLÓN SE DECLARA INOCENTE


Al igual que hace ya tres años, que nos tocó presentarnos por primera vez en este caso, reitero: “No se que busco aquí”.  Ninguna prueba me vincula, al contrario, las pretensiones probatorias de la acusación, cuando no ponen en evidencia la mentira, desnudan la doblez y perversidad con que se me involucró, partiendo de especulaciones y manipulaciones expresadas con propósitos inconfesables.

Hoy, lunes 21 de septiembre del 2020, mantengo la interrogante, porque el desarrollo del proceso no me ha dado respuestas, al contrario, me reitera una y otra vez la necesidad de preguntarme qué busco aquí.  En su momento, todo evidenciaba que la única razón de implicarme era la búsqueda de un cierre expedito de este mal llamado expediente en la jurisdicción privilegiada, propósito que siempre alentaron las ínfulas mesiánicas del ex procurador Jean Alain Rodríguez, quien asumió el error de que podría de ese modo ejercer control, celeridad e injerencia, que de algún modo logró en cierto momento, encontrando quien le sirviera de pie de amigo para su propósito de asumirlo como trofeo político, y no con la responsabilidad que demandaban las elevadas funciones de su cargo, para las cuales demostró carecer de madurez, entereza y tino.

Guardo la esperanza de que en el porvenir, todos los entuertos puedan ser enmendados con estricto apego al debido proceso de ley, en el que se respete mi derecho a reivindicar la verdad ante los ojos y oídos de una sociedad ante la cual es mi deseo rendir cuentas a través del juicio, y a la cual, solo le pido que me escuche, que valore las pruebas del proceso con frialdad, para que aprecie mi total y absoluta desvinculación de los hechos que se me imputan, brindándome así lo que toda nación le debe a sus ciudadanos, la oportunidad de defender mi honor por encima de los prejuicios, manipulaciones, chantaje, atropellos y abusos de poder con que se le ha robado a mi familia la paz y el sosiego emocional que merece cualquier familia de trabajo en nuestro país. 

El tiempo hará su papel, por encima de todos, Dios habrá de colocar las fichas en su lugar, no hay forma de que el poder temporal edifique una verdadera justicia sosteniendo su propósito en mentiras, abusos y miedo, la sociedad dominicana, que podrá ser momentáneamente turbada, no será descarrilada de su propósito de que sean establecidas responsabilidades, pero nunca perdonará que en el camino se sepulte la verdad, y que de sus cenizas, un poder injusto, banal y pantomímico se burle de una nación despierta y justa.

Tommy A. Galán Grullón.

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