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Encierro por coronavirus en la India se convirtió en una tragedia humanitaria


El trabajo, y como consecuencia el salario, se terminó después de que India declarara un cierre de 21 días desde la medianoche del 24 de marzo para evitar la propagación del coronavirus. India reportó más de 1.200 casos de covid-19 y 32 muertes hasta el lunes 30 de marzo, según el recuento de la Universidad John Hopkins, de Estados Unidos.

La paralización de todo tipo de transporte significa que Meena se vio obligado a volver a pie. "Caminé durante el día y la noche. ¿Qué opción tenía? Tengo poco dinero y casi nada de comida", le contó a la BBC, con voz ronca y tensa.


Una larga caminata Meena no está solo. En todo India, millones de trabajadores migrantes están huyendo de sus ciudades bloqueadaspara regresar a sus hogares en las aldeas. Estos trabajadores informales son la columna vertebral de la economía de las grandes ciudades: son los que construyen casas, producen alimentos, sirven en restaurantes, entregan comida, cortan el pelo en los salones, fabrican autos, desatascan sanitarios y entregan periódicos, entre muchas otras cosas. Al escapar de la pobreza en sus pueblos, la mayoría de estos cerca de 100 millones de trabajadores residen en viviendas miserables, en guetos urbanos congestionados.


El cierre del país convirtió a estos trabajadores en refugiados de la noche a la mañana. Sus lugares de trabajo cerraron, y la mayoría de los empleados y contratistas que les pagaban desaparecieron. Juntos, hombres, mujeres y niños comenzaron sus viajes de regreso a todas horas del día la semana pasada. Llevan con ellos sus pocas pertenencias -generalmente comida, agua y ropa- en bolsas de tela baratas y mochilas gastadas.


"India está caminando a casa" Cuando los niños están muy cansados ​​para caminar, sus padres los cargan sobre sus hombros. Caminan bajo el sol y bajo las estrellas. Muchos -la gran mayoría- cuentan que se quedaron sin dinero y temían morir de hambre. "India está caminando hacia casa", decía el titular del periódico Indian Express.


El sorprendente éxodo recuerda la fuga de refugiados durante la sangrienta partición de India en 1947. Millones viajaron al este y oeste de Pakistán, en una migración que desplazó a 15 millones de personas.


Esta vez, cientos de miles de trabajadores migrantes están tratando desesperadamente de regresar a sus hogares en su propio país. Luchando contra el hambre y la fatiga están obligados por una voluntad colectiva a volver de alguna manera a donde pertenecen.


Crisis humanitaria Claramente, un bloqueo total del país para evitar que la pandemia se siga expandiendo se está convirtiendo en una crisis humanitaria.


Entre los numerosos refugiados de este encierro, hay una mujer de 90 años cuya familia solía vender juguetes baratos en los semáforos de un suburbio a las afueras de Nueva Delhi. Kajodi camina con los suyos hacia Rayastán, su ciudad natal, a unos 100 km de distancia. Comen galletas y fuman bidis, cigarrillos tradicionales indios hechos a mano, para matar el hambre.

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